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Edificio fantasma en Barracas

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Retoman en Barracas una obra paralizada durante casi 60 años en Tacuarí y Finochietto

Era del Sindicato de Empleados de Comercio que inició la construcción en 1958. Ahora la compró una empresa que planea hacer dos edificios de 14 y 10 pisos. La normativa actual lo impide y ya sufrió una clausura.

El edificio fantasma. Así se conoce en el barrio de Barracas a una construcción ubicada en la esquina de Tacuarí y Finochietto: los vecinos dicen que está abandona «desde siempre». En rigor, desde 1958. Allí el Sindicado de Empleados de Comercio planeaba construir un edificio de viviendas de 30 pisos, con cuatro subsuelos de cocheras. Estas últimas se llegaron a hacer, aunque a medias, porque sus paredes nunca fueron revocadas y durante mucho tiempo incluso estuvieron anegadas.

Una esquina oscura, con las veredas destrozadas, las varillas de hierro dobladas, oxidadas, apareciendo desde una estructura despojada y oscura. Es la visión clásica de esta esquina, que sin embargo en estos últimos días comenzó a cambiar: nuevo perímetro con carteles enormes de publicidad, cartel de obra y movimiento de obreros y materiales.

Apenas empezaron los primeros movimientos, Proteger Barracas se puso en alerta: «El edifico no cumple con las normativas vigentes en el barrio. Es como si el cartel de obra hubiese viajado en el tiempo», dijeron desde la ONG respecto a un cartel con permiso de obra de 2001. Lo cierto es que en octubre de 2011 la Legislatura porteña aprobó por unanimidad la Ley 3954 que limita las alturas de las nuevas obras en cuadras donde hay casas bajas, con la idea de preservar las construcciones históricas del barrio. «Esta ley sintetizó cuatro años de trabajo en conjunto, vecinos y legisladores», recordaron en Proteger Barracas.

Los desarrolladores y nuevos propietarios de la obra -Dipecasa SA- se amparan en una disposición especial de 2001, que posee el edificio, para retomar la obra y en el terreno pretenden construir dos edificios, uno hacia la calle Ituzaingó con 14 pisos y otro hacia Finochietto, con 10 pisos (ambos con retiraciones). Además de reactivar las cocheras: «El permiso de 2001 no caduca y entendemos que la obra nunca se paró, porque siempre hubo trabajos de mantenimiento en los cuatro subsuelos de cocheras. Es algo que han visto los vecinos siempre, porque el agua se achicaba hacia el cordón de la vereda», dijeron a Clarín. Sin embargo, cuando el conflicto vecinal comenzó a escalar, la Dirección General de Obras (DGROC) anuló el permiso, lo que obliga a la empresa a presentar nuevos planos.

La Agencia Gubernamental de Control (AGC) clausuró la obra el martes. En lo que va del año fiscalizó 15.807 obras en la Ciudad y clausuró 1.013. En la actualidad la AGC tiene registradas 4.933 obras en actividad.

Los vecinos que se manifiestan en contra de la obra, y los que están a favor. «Cuando ví que empezaron a mover cosas, a arreglar el frente… no lo podía creer. No es normal que una obra esté abandonada casi 60 años. Afeando todo, pero además generando mugre e inseguridad. Me gustaría saber donde viven los vecinos que se quejan», desafió María Cristina. Vive desde los 70 sobre la calle Ituzaingó y Jovellanos. «En el barrio hubo muchas mejoras, como la recuperación del Parque Lezama o los edificios donde antes funcionaban las fábricas de Canale (sobre Martín García) o la Bagley (en Montes de Oca), pero este lugar es un espanto. Ojalá la obra mejore la zona», dijo la vecina.

Con la normativa actual, la constructora podría levantar dos edificios, pero de siete pisos: «La inversión que se hizo fue enorme, pensando en que se respetarían las condiciones. Hay cientos de familias que dependen de esta obra», se lamentaron en Dipecasa. Desde Proteger Barracas expresaron que ven «con buenos ojos que finalmente la obra se reactive, pero con la preocupación de que se respete la ley y el entorno del barrio», expresaron.